Antes de acometer ninguna operación, debemos dejar la pluma en remojo con el brebaje mágico: agua con un chorrito de lavavajillas, para que reblandezca el espíritu indomable de esas piezas rebeldes que después veremos.
Primero, retiramos el capuchón, que suele ir a presión o fricción, dejando el cuerpo libre. Después el cuerpo va roscado a la boquilla interna, dejando a la vista el fleje con la camisa metálica, que contiene el saco de goma.
Antes de continuar, aconsejo que hagáis una foto (para los de memoria débil) o recordéis la posición de los anillos, porque no es indistinto que la arandela se coloque antes o después del anillo, ya que no ajusta del mismo modo.
Lo siguiente será la boquilla, que se extrae a rosca, es de plástico y está en contacto directo con tinta, por lo que puede que cueste un poco desenroscar, si la tinta ha quedado reseca. El plástico puede ser, en ocasiones, frágil; y además, no es muy raro encontrar algún cafre que, quizá con buena voluntad pero poco conocimiento, ha decidido que lo mejor era pegar esa zona con algún adhesivo, lo que está prohibidísimo porque si va a rosca, tiene que poder desenroscarse.
Ante la duda, llamaremos a nuestra querida amiga: PACIENCIA😱 y volveremos al brebaje mágico, para después aplicar calor seco, con un secador de pelo puede hacerse, siempre tratando de no dar calor en exceso porque podemos deformar irremediablemente el plástico, como en la siguiente imagen veréis que me pasó a mí (puede herir la sensibilidad de plumíferos de pro, pero a veces el dolor es necesario)
Un buen consejo que me han dado últimamente para saber si estamos pasando la zona de calor adecuado, es tocar las partes expuestas al aire caliente con los dedos, y así ir calculando si el calor es demasiado o si seguimos dentro del umbral de lo aceptable.
Una vez que hemos retirado la boquilla externa, aparecerá la boquilla interna, que aloja el conjunto plumín+alimentador a presión. Para retirarlo, podemos hacer un leve movimiento rotatorio al tiempo que tiramos, todo con mucho cariño y amor y acompañados por nuestra nueva amiga: PACIENCIA😱 teniendo en cuenta que en esa zona no hay ninguna rosca, hay que poner cuidado para no rajar la pieza como se ve en la fotografía.
Al alimentador va conectado el tubo de respiración que se retirar simplemente tirando y que podemos limpiar soplando.
Colocar el nuevo saco
Antes de colocarlo, he visto con un bisturí o cutter, raspar un poco la zona de contacto entre boquilla y saco, supongo que para que la superficie esté totalmente limpia y el contacto sea mayor y, por tanto, quede mejor pegado. Yo en esta ocasión no lo hice y hasta ahora todo ha ido bien, pero si me encuentro en una situación similar, creo que es mejor que esté limpito y bien.
Los sacos son de un largo exagerado para que sirvan para cualquier pluma, por lo que habrá que cortarlos, la siguiente pregunta es obvia: ¿por dónde corto? Lo mejor es utilizar la camiseta metálica para medir, colocando el saco de manera que su extremo cerrado haga tope con la curva de la pletina, justo donde sobresalga por el otro extremo, cortamos. Y ya tenemos un saco listo para esa pluma.
Para conectar el saco, podemos ayudarnos de unas pinzas invertidas (que siempre permanecen sus puntas en contacto y sólo al accionarlas se abren), de manera que tengamos el extremo del saco abierto para colocarlo en la boquilla. Yo no tengo esas pinzas, y hasta ahora me las he apañado colocando una parte y a la vez que sujeto con un dedo la parte conectada, abrazo con la otra, pero debe ser bastante más cómodo con las pinzas invertidas.
Montar la pluma
Lo último será volver a montar la pluma siguiendo los pasos inversos. La boquilla puede ser un poco puñetera de colocar alineada con el plumín, un consejo que me dieron: (desgraciadamente después de haberme peleado hasta colocarla) roscar la sección y colocar el dedo pulgar con la uña señalando la posición centrada de la sección, se quita la sección, se gira el alimentador hasta centrarlo con la uña y se vuelve a roscar la sección.
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